Últimamente he hablado con algunos ex promulgadores y debo decir que, tras haber pasado meses completos estudiando el sectarismo y su influencia, me doy cuenta que muchos de ellos todavía a años de haber salido del culto destructivo sufren de algunas de las consecuencias del control mental destructivo. Entre ellas, la dificultad de desmarcarse de los pensamientos sectarios, la incapacidad de cuestionar adecuadamente algunas creencias y por tanto, la confusión mental que de esto deriva.
En el artículo "The Role of Critical Thinking in Recovery for Ex-members of Destructive Groups" de Hel Mansfield (En inglés:
http://www.refocus.org/uploads/3/9/3/8/3938709/critical_thinking_in_recovery_for_ex-members_mansfield.pdf), nos habla acerca de lo que es el pensamiento crítico y cómo nos puede ayudar para poder tomar decisiones informadas y sobre todo, darnos cuenta de cómo el culto afectó nuestro pensamiento y capacidad de razonar adecuadamente las ideas sectarias que se nos presentaron y que dominaron nuestra vida muchos años.
En el documento, Hel nos menciona que el pensamiento crítico es una barrera de defensa natural que tenemos, la cual a través del cuestionamiento busca que encontremos la mejor estrategia a seguir para realizar una labor o bien para aceptar una idea. Cuando nosotros cuestionamos, aprendemos. Interiorizamos la idea, la diseccionamos y vemos cuánta validez tiene. Podemos defender una idea y volverla parte de nuestros principios cuando sabemos cómo contestar positivamente a los cuestionamientos que se nos hacen de la misma.
La crítica nos ayuda a realizar las cosas de una mejor manera porque encuentra los errores en lo hecho o dicho, y nos da una valoración exacta del hecho o idea de acuerdo a un entorno de realidad. Si nosotros no criticamos las ideas y las aceptamos sin este importante filtro, corremos un gran riesgo de aceptar ideas erróneas y por tanto, actuar erróneamente.
Podemos ver un ejemplo claro de lo que puede llegar a suceder cuando aplastamos el pensamiento crítico analizando la propaganda nazi de la segunda guerra. Los nazis sostenían que la culpa de sus males se debían a los judíos, y animaban al pubeblo alemán al odio racial y a creer que en realidad eran la "raza Aria". Desde fuera todos estamos de acuerdo que es un despropósito total. ¿Cómo fué entonces que los alemanes se creyeron esta patraña? Pues a través de las técnicas de control coercitivo y la propaganda nazi. Muchos alemanes llegaron a creer que verdaderamente eran superiores al resto, y llegaron a tener un odio irracional a los judíos. La realidad es que el gobierno alemán distorsionó completamente la realidad de estas personas a través del control mediático y el bombardeo propagandístico y militar. Cualquiera que cuestionara las ideas era directamente asesinado o enviado a campos de trabajo, o bien "reeducado" para que aceptara sin cuestionar las ideas nazis. Todo este entorno afectó la realidad de estas personas de tal forma que, incluso después de la guerra, muchos siguieron reuniéndose en secreto para volver a establecer el tercer reich, y muchos crímenes en contra de judíos por alemanes radicales fueron perpetrados durante décadas.
En el artículo que menciono, el autor distingue algunos puntos donde se da la distorsión cognitiva o errores de pensamiento. Estos ejemplos son bastante buenos para entender cómo nos afecta tener estos "bloqueos" mentales para poder interpretar la realidad:
1. El pensamiento "Todo o Nada". La misión enseña a pensar en términos de "blanco y negro", como por ejemplo "Los expromulgadores son controlados por el demonio o personas débiles, malas o inestables", "La misión es perfecta porque viene de Dios y nadie puede agregarle ni quitarle nada", o "Para lograr los objetivos de la Misión, debemos alcanzar la perfección". Este tipo de pensamientos sofocan el crecimiento personal y mantienen a la persona desubicada puesto que sus acciones se juzgan de manera maniquea, cualquier error es de consecuencias desastrosas, y por ello el ex miembro sufre mucho en el mundo real porque se siente "malo", "tonto", "basura". Lo que aqui sucede es que pierde su capacidad de juzgar proporcionalmente los errores y aciertos que comete.
2. Sobregeneralización. Simplemente cometer un error puede causar que cualquier miembro llegue a la conclusión de que todo lo anunciado por el líder sectario acerca de los ex miembros es verdad. Los ex miembros tienen muchas veces de forma inconsciente mucha presión por no equivocarse porque ello les conduce a estados de culpa muy fuertes. Y no es porque "la conciencia" les arda como predican los lideres sectarios, sino porque la psique está tan desbalanceada que por ello resulta una carga emocional terrible en el ex adepto, y esto es culpa total de la secta por los métodos de control mental coercitivo. Por tanto, el ex miembro debe esforzarse por hacer una introspección tranquila de sus actos y constrastarlos no contra los ideales sectarios, sino contra la realidad y sus valores morales reales. Esto le ayudará a entender que un error no es una "maldición" ni se condenará por ello. Dios es Misericordia, y la Iglesia nos ofrece medios para arrepentirnos y vivir la vida plena en Cristo.
3. Filtro mental. La misión enseña una connotación negativa de la persona, y lo insta constantemente a avergonzarse de sus errores, fallas y pecados y a enfocarse en ellos de manera desmesurada. Cualquier "manifestación del yo" que significa cualquier acto hecho por nuestra propia voluntad sin consultar al grupo es considerado malo y vergonzoso. Por tanto, algún pecado pequeño se hace muy grande y el adepto se obsesiona con ello, no importando que en ese mismo día haya hecho otras diez cosas muy buenas. Se desestima por tanto, lo bueno, se "filtra" y no importa. Sólo importa la falla, por minúscula que sea. Esto destruye la autoestima y evita que reconozcamos lo bueno que hay en nosotros mismos.
4. Descalificación de lo positivo. La misión por lo general no da crédito a las personas de los actos buenos que realizan, a menos que con ello se busque un beneficio para la secta. Se evita que los miembros se sientan orgullosos de sus logros. Todo lo bueno viene "de la Virgen", de JAC o los líderes, y los demás miembros son normalmente flojos y poco comprometidos. Para contrarrestar esto, el ex adepto debe pensar en sus fortalezas, en sus capacidades, en lo bueno que tiene. Reconociendo que "Dios no hace basura", entendemos que nosotros seguimos siendo merecedores del amor de Dios por el simple hecho de que Él nos dió la vida y porque él nos dió todos los talentos que tenemos y que por ello quiere que obremos en libertad para aplicarlos para nuestro bien y el de los demás. No somos máquinas de venta, ni números sin rostro para Dios que pueden ser usados y desechados, somos UNICOS y amados por DIOS.
[continuará]