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Virgen del Pozo Purisima del pozo / Re: Cuerpo, alma... y entendimiento?
« Last post by caballeroblanco on 22 de Junio de 2016, 10:09:26 am »Mención aparte merece este párrafo del 364:
«Uno en cuerpo y alma, el hombre, por su misma condición corporal, reúne en sí los elementos del mundo material, de tal modo que, por medio de él, éstos alcanzan su cima y elevan la voz para la libre alabanza del Creador. Por consiguiente, no es lícito al hombre despreciar la vida corporal, sino que, por el contrario, tiene que considerar su cuerpo bueno y digno de honra, ya que ha sido creado por Dios y que ha de resucitar en el último día» (GS 14,1).
Este postulado es bien importante a la hora de hablar de algo que le encanta a la misión, el sacrificio. El sacrificio como la misión lo concibe, implica que nuestro cuerpo sirve para purificar los pecados y que por ello hay que "traerlo a raya" para matar las pasiones. Pero una cosa es eso y la otra, el exceso del maltrato y la humillación. Es decir, que el sacrificio debe regularse para no poner en riesgo al cuerpo ni la salud corporal puesto que de hacerlo estaríamos violando este postulado de la doctrina católica, el honrar al cuerpo. Privar al cuerpo de alimento con ayunos prolongados, de sueño, de mantenerlo en un estado alfa de conciencia sin darle una oportunidad de mantener un nivel de funcionamiento de alerta, de atenderlo cuando está enfermo (y seguro la misión dirá que "siempre" ha respetado eso pero hay muchísimas evidencias de descuido, de maltratos corporales, de negligencia médica y de quejas de los líderes sobre las personas que se atienden correctamente diciendo que son "débiles" y "quejumbrosos" y que se escudan para no trabajar), todo esto es no entender que la Iglesia pone un freno a estas prácticas porque le da su lugar adecuado al cuerpo como Templo del Espíritu Santo y por tanto, requiere el mismo cuidado y atención cuidadosa que el templo más sagrado que se nos ocurra.
Este postulado surge de las palabras de San Pablo a los Corintios: "¿No sabéis que sois templo de Dios y que el Espíritu de Dios habita en vosotros?" (1 Cor, 3:16) y del mismo Jesús (Mt 12:7) "Mas si supieseis qué significa: Misericordia quiero, y no sacrificio, no condenaríais a los inocentes."
Por tanto, el sacrificio extremo, grupal, internamente confesional, obligatorio y desmedido del que hace uso la misión no conlleva una práctica ascética cercana a la propuesta por la Iglesia, y se acerca más a una práctica fariseica la cual se basa en hacer ver a los adeptos que tan sacrificados y santos son, cuando Jesús propone que todas las prácticas asceticas las realicemos en intimidad (Mt, 6:17) "Y cuando ayunéis, no pongáis cara triste, como los hipócritas; porque ellos desfiguran sus rostros para mostrar a los hombres que están ayunando. En verdad os digo que ya han recibido su recompensa. Pero tú, cuando ayunes, unge tu cabeza y lava tu rostro, para no hacer ver a los hombres que ayunas, sino a tu Padre que está en secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará.". Y no, intimidad no incluye reportar que ayunas en un chat de Whatsapp a cientos de personas aunque digas que es confidencial. Intimidad es tú y Dios. No tú y toda la "comunidad misión". Si ayunas o no, es problema tuyo y de Dios. Si tienes problemas con eso, se supone que para eso es tu "Padre Espiritual", para orientarte y guiarte, no para castigarte y obligarte. Por eso la supuesta "paternidad espiritual" de la misión dista mucho de ser lo que un correcto guía espiritual (por ejemplo, un sacerdote preparado en psicología, teología y filosofía y con la ayuda del secreto de confesión) puede dar.
«Uno en cuerpo y alma, el hombre, por su misma condición corporal, reúne en sí los elementos del mundo material, de tal modo que, por medio de él, éstos alcanzan su cima y elevan la voz para la libre alabanza del Creador. Por consiguiente, no es lícito al hombre despreciar la vida corporal, sino que, por el contrario, tiene que considerar su cuerpo bueno y digno de honra, ya que ha sido creado por Dios y que ha de resucitar en el último día» (GS 14,1).
Este postulado es bien importante a la hora de hablar de algo que le encanta a la misión, el sacrificio. El sacrificio como la misión lo concibe, implica que nuestro cuerpo sirve para purificar los pecados y que por ello hay que "traerlo a raya" para matar las pasiones. Pero una cosa es eso y la otra, el exceso del maltrato y la humillación. Es decir, que el sacrificio debe regularse para no poner en riesgo al cuerpo ni la salud corporal puesto que de hacerlo estaríamos violando este postulado de la doctrina católica, el honrar al cuerpo. Privar al cuerpo de alimento con ayunos prolongados, de sueño, de mantenerlo en un estado alfa de conciencia sin darle una oportunidad de mantener un nivel de funcionamiento de alerta, de atenderlo cuando está enfermo (y seguro la misión dirá que "siempre" ha respetado eso pero hay muchísimas evidencias de descuido, de maltratos corporales, de negligencia médica y de quejas de los líderes sobre las personas que se atienden correctamente diciendo que son "débiles" y "quejumbrosos" y que se escudan para no trabajar), todo esto es no entender que la Iglesia pone un freno a estas prácticas porque le da su lugar adecuado al cuerpo como Templo del Espíritu Santo y por tanto, requiere el mismo cuidado y atención cuidadosa que el templo más sagrado que se nos ocurra.
Este postulado surge de las palabras de San Pablo a los Corintios: "¿No sabéis que sois templo de Dios y que el Espíritu de Dios habita en vosotros?" (1 Cor, 3:16) y del mismo Jesús (Mt 12:7) "Mas si supieseis qué significa: Misericordia quiero, y no sacrificio, no condenaríais a los inocentes."
Por tanto, el sacrificio extremo, grupal, internamente confesional, obligatorio y desmedido del que hace uso la misión no conlleva una práctica ascética cercana a la propuesta por la Iglesia, y se acerca más a una práctica fariseica la cual se basa en hacer ver a los adeptos que tan sacrificados y santos son, cuando Jesús propone que todas las prácticas asceticas las realicemos en intimidad (Mt, 6:17) "Y cuando ayunéis, no pongáis cara triste, como los hipócritas; porque ellos desfiguran sus rostros para mostrar a los hombres que están ayunando. En verdad os digo que ya han recibido su recompensa. Pero tú, cuando ayunes, unge tu cabeza y lava tu rostro, para no hacer ver a los hombres que ayunas, sino a tu Padre que está en secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará.". Y no, intimidad no incluye reportar que ayunas en un chat de Whatsapp a cientos de personas aunque digas que es confidencial. Intimidad es tú y Dios. No tú y toda la "comunidad misión". Si ayunas o no, es problema tuyo y de Dios. Si tienes problemas con eso, se supone que para eso es tu "Padre Espiritual", para orientarte y guiarte, no para castigarte y obligarte. Por eso la supuesta "paternidad espiritual" de la misión dista mucho de ser lo que un correcto guía espiritual (por ejemplo, un sacerdote preparado en psicología, teología y filosofía y con la ayuda del secreto de confesión) puede dar.