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Autor Tema: Joven deportista dejó estrellato de Vancouver 2010 por vocación religiosa.  (Leído 2349 veces)
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« en: 17 de Febrero de 2010, 03:31:18 am »


VANCOUVER, 17 Feb. 10 / 03:46 am (ACI) En 1998 en los Juegos Olímpicos de Nagano, en Japón, una velocista estadounidense de solo 17 años deslumbró al mundo del deporte. Más de uno se atrevió a pronosticar una carrera de éxito para Kirstin Holum y un futuro prometedor que habría llegado a su clímax en los Juegos Olímpicos de Invierno Vancouver 2010. Dios tenía otros planes para ella que decidió dejarlo todo y convertirse en religiosa.

En declaraciones a Yahoo Sports, Kirstin Holum, que es conocida ahora como la hermana Catherine, comenta que "el patinaje de velocidad era una inmensa parte de mi vida. Todavía me encantaba el deporte, pero tuve este llamado increíblemente fuerte que me decía que era tiempo de seguir por un camino distinto en la vida".

Tras relatar que fue en una visita al Santuario de Fátima donde decidió consagrar su vida a Dios, la hermana Catherine cuenta que "es curioso ver cómo ha cambiado mi vida. Tuve el maravilloso privilegio de competir en una olimpiada, y ahora soy bendecida sirviendo a Dios y a aquellos menos afortunados".

La hermana Catherine comenzó su servicio en el Bronx, en Nueva York y tiempo después pasó a Leeds, Inglaterra, y vive actualmente en el convento de Saint Joseph.

"Cuando doy mi testimonio es divertido ver la reacción de los muchachos luego de decirles que estuve en una Olimpiada", bromea y agrega que "sus ojos se abren mucho y ponen más atención. Es muy bueno compartir con ellos".

"Sé que no exactamente lo que uno esperaría normalmente de una religiosa, pero creo que es bueno que la gente sepa que los miembros de una orden religiosa pueden llegar de cualquier contexto o forma de vida. Al final todo es cuestión del compromiso con el mensaje" del Evangelio, añade la hermana Catherine.

"No me resulta fácil pensar que las cosas pudieron haber sido diferentes para mí y que pude haber participado de otras Olimpiadas, pero definitivamente no era el camino del Señor para mí y por ello no me arrepiento para nada del que tomé", concluye.
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